Dr. Jorge Bevilacqua:
“Los objetivos y desafíos de la EVELAM se han cumplido en gran medida. El proceso ha sido exitoso”
Fue el año 2008 cuando por primera vez se realizó en América Latina la Escuela de Verano Euro-Latinoamericana de Miología (EVELAM), con el propósito de promover el conocimiento de la miología en la comunidad de profesionales involucrados en esta disciplina de la salud en la Región. Aquel primer encuentro latinoamericano tuvo como sede la ciudad de Santiago y como principal impulsor en Chile al Dr. Jorge Alfredo Bevilacqua, con quien conversamos en esta primera entrevista.
El Dr. Bevilacqua (56 años, argentino radicado en Chile desde 1995) es médico especializado en Neurología en la Universidad de Chile, con un doctorado en Neurobiología de la Universidad de Gales (Reino Unido) y un diplomado en Miología en la Universidad Pierre et Marie Curie (Francia). Hoy ejerce como académico en la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, y como jefe de la Unidad Neuromuscular del Departamento de Neurología y Neurocirugía del Hospital Clínico Universidad de Chile y jefe de la Laboratorio de Patología Muscular de la Clínica Dávila en Santiago.
- ¿Por qué surge la EVELAM y cuáles son, a su juicio, los grandes aportes que ha hecho la EVELAM en el campo de la Medicina desde 2008 hasta ahora?
Surge por la iniciativa de los colegas del Instituto de Miología de Paris -el Dr. Andoni Urtizberea, la Dra. Norma Romero- y de otros colegas latinoamericanos-, quienes ven la necesidad de promover la educación e intercambio científico en el campo de las miopatías y enfermedades neuromusculares en Latinoamérica. La Escuela de Verano de Miología de Paris, iniciada en los ’90, no llegaba a Latinoamérica por una barrera idiomática y de accesibilidad. La creación de EVELAM en gran medida tuvo también que ver con la migración de profesionales latinoamericanos a Europa, quienes, desde allí, tenían una mejor perspectiva del problema.
Los aportes de EVELAM han sido varios. Primero, diseminar exitosamente la educación en el campo de la miología en el continente; segundo, promover el trabajo integrado de los colegas a través de Latinoamérica, y establecer puentes con Europa y otros países más avanzados en ese desarrollo; tercero, incentivar la creación de unidades y la formación de profesionales donde antes no los había o no estaban organizados todavía -Perú y Paraguay, por ejemplo- y, por último, dar a conocer al resto del mundo el trabajo de la comunidad miológica latinoamericana.
- En su caso particular, ¿qué le motivó a hacerse parte activa de EVELAM desde sus inicios? ¿Cuál es su desafío personal al comenzar esta iniciativa y cómo se siente hoy al respecto?
Desde Latinoamérica, y desde Chile en particular, observábamos que había una necesidad de difundir el acelerado desarrollo científico en el ámbito de las miopatías, pero no sabíamos cómo convocar a los distintos países, instituciones y colegas en un proyecto común. Por su parte, el Instituto de Miología de Paris recibía periódicamente a profesionales latinoamericanos motivados e interesados por el problema, lo que nos proponía una idea atractiva. La influencia formadora de este Instituto -referente mundial en el campo de conocimiento de la disciplina- hizo que quienes asistíamos a la Escuela de Verano de Miología de París nos sintiéramos atraídos por la idea y motivados a replicar la experiencia europea a nivel local-regional, a hacerlo en español y portugués, superando así el obstáculo idiomático y con la ventaja de facilitar el acceso al ya no tener que viajar a Europa u otro país desarrollado para formarse. El desafío fue y sigue siendo el difundir, promover y motivar, donde todavía queda mucho por hacer.
Creo que la iniciativa fue correcta, que funcionó, que los objetivos y desafíos se han cumplido en gran medida, y que, además, hemos articulado esta iniciativa con otras similares a nivel de cada país y continental. En lo personal, me siento profundamente agradecido por la oportunidad de integrar y contribuir a un proyecto valioso y trascendente, que aporta positivamente a la comunidad neuromuscular en su conjunto -pacientes, asociaciones de pacientes, científicos, médicos, etc.-. El proyecto ha sido exitoso y bien recibido; creamos una red mundial de colaboradores y amigos del más alto nivel científico y académico, con una relación equilibrada con la industria farmacéutica y distintas asociaciones académicas, universidades, fundaciones, etc., generando una marca de estándar muy alto, que llegó antes a Latinoamérica que a otros países -como a EEUU, por ejemplo- con una proyección enorme aún.
- ¿Cuáles son hoy los principales desafíos, ya transcurridos 14 años desde la primera EVELAM?
Un poco está dicho en lo anterior, el mayor desafío es mantenerlo activo, vivo, y proyectarlo. Debe ocurrir un recambio generacional de los líderes de opinión, manteniendo el estándar de calidad y el nivel de participación. Por otro lado, la iniciativa debe institucionalizarse, llevarla a una red latinoamericana e internacional, que tenga vida propia y que logre permanecer en el tiempo, independientemente de los actores que dieron origen a la iniciativa.
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